Cada vez resuena más en los medios la problemática del aceite de palma pero, ¿qué está pasando con ello? ¿Se está avanzando por mejorar la situación?

En este post te resumimos por qué la industria alimentaria debe cambiar inmediatamente y no utilizar aceite de palma para que podamos conservar el medio ambiente y ciertas especies de animales.

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¿Pero por qué tanto escándalo con el aceite de palma?

Hace ya unos años Greenpeace publicó una campaña muy polémica contra Nestlé por el uso de aceite de palma, alegando que deforestaba bosques y dejaba sin hábitat a especies animales en peligro de extinción, como los orangutanes.

Para poder producir este aceite, se deforestan bosques enteros, principalmente en Indonesia y Malasia, hábitats donde viven orangutanes, rinocerontes, elefantes y tigres de sumatra, entre otros, que tras la deforestación pierden su hogar y muchos mueren.

Además de esta deforestación, es un considerable impulsor del cambio climático, de la contaminación, del abuso de los derechos humanos y de la explotación laboral.

En esta imagen podemos ver cómo se ha ido deforestando la isla de Borneo a lo largo de los últimos años debido a esta industria.

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¿Qué es y para qué se usa el aceite de palma?

Este aceite es ampliamente usado en:

  • snacks
  • pasteles
  • galletas
  • cremas
  • productos para untar
  • gominolas
  • pastillas de caldo
  • productos de limpieza
  • cosméticos
  • velas…

Prácticamente la mitad de los productos envasados que vemos en el supermercado llevan aceite de palma.

El aceite de palma es básicamente una grasa especialmente rica en ácidos grasos saturados, vinculados con el incremento de distintas enfermedades metabólicas. Por lo que ni siquiera lo necesitamos en nuestras vidas por sus cualidades nutritivas, su uso es por puro interés industrial y económico.

¿Cómo evitar el aceite de palma?

Leyendo las etiquetas de los productos que compramos. Lo podemos encontrar también como ácido palmítico, aceite de palmiste o sodium palmitate.

La mayoría de los productos alimentarios procesados lo llevan, así que si los evitamos, estaremos contribuyendo tanto con el medio ambiente como con nuestra salud, ya que estos productos son de bajo interés nutricional.

Afortunadamente, ahora los fabricantes están obligados a detallar en los ingredientes el tipo de aceite vegetal usado. Por que sea vegetal no quiere decir que es bueno; debemos buscar siempre otros aceites más saludables como el de oliva o de girasol.

Siempre hay alternativas más sanas y ecológicas a estos productos, lo mejor es preparar la comida en casa, los snacks, comer fruta, frutos secos… evitar la bollería industrial y las bolsas de snacks fritos. De esta manera presionaremos para que se vaya usando cada vez menos el aceite de palma, que aparte de ser desastroso para el medio ambiente, no nos aporta más que grasas saturadas insanas.

¿De qué otra manera puedo contribuir?

Simplemente firmando campañas, como la de Greenpeace, para acabar con esta situación. Cuantos más seamos, antes acabaremos con este tipo de industria que tanto destruye los valiosísimos hábitats naturales.